lunes, 9 de noviembre de 2009

Politica Agropecuaria

Desde de Marzo del 2008 todos hemos sido testigos del conflicto de intereses entre Campo-Gobierno. Mucho se habló, se discutió, se propuso, se negó... en fin, fuimos testigos de una discusión sobre mas o menos retenciones, y creo que al menos deberíamos pensar que más podemos aportar, discutir, proponer, negar, apoyar, para lograr una política agropecuaria creciente, sostenible, y diversa. Para entender la situación actual del campo, es necesario repasar los cambios que se dieron en las últimas décadas, fundamentalmente durante la segunda década infame, los años 90.La apertura al mercado de capitales de la actividad agropecuaria, junto con la desregulación estatal que barrió de lleno con muchos organismos que intervenían en la misma, produjeron consecuencias hasta hoy irreversibles, fundamentalmente la migración de poblaciones rurales a los centros urbanos, mayor concentración económica, y la introducción de los organismos genéticamente modificados (OGM).Estos tres fenómenos, alentados desde los distintos gobiernos, se encuentran entrelazados por una matriz común que es la desregulación estatal. El haber librado la actividad agropecuaria a las viscicitudes del mercado permitió que los OGM se introdujeran con total libertinaje, sin llevar un control de los mismos. Los OGM, acompañados de la siembra directa y una tecnología adecuada, permiten un mejor y eficaz rendimiento en la cosecha, sin embargo no se tienen en cuenta los peligros socio ambientales, y de salud, que estos mismos producen. En cuanto a salud, no está comprobado que en el largo plazo, los alimentos transgénicos sean compatibles con la salud humana ``Los riesgos sanitarios a largo plazo de los OMG presentes en nuestra alimentación o en la de los animales cuyos productos consumimos no se están evaluando correctamente y su alcance sigue siendo desconocido. Nuevas alergias, aparición de nuevos tóxicos y efectos inesperados son algunos de los riesgos´´. Esto significaría que su consumo debe ser discutido, o al menos, debería alertarse al consumidor a la hora de efectuar la compra de un determinado alimento.


Impacto Socio Ambiental


El impacto socio ambiental es nefasto. Por un lado, gracias a la concentración económica que se fue gestando durante los últimos 20 años, la introducción de los OGM tiene como consecuencia una mayor presión sobre los suelos pampeanos (o no pampeanos) llegando al límite de su capacidad de carga. Extrayendo nutrientes vitales para la fertilidad del suelo. La constante sobrecarga en los suelos puede desembocar en suelos inertes, haciendo incompatible el uso de los mismos.
Ante la mejora de los precios de la soja, la frontera agrícola se expandió de forma furtiva por regiones que comenzaron a cultivar soja en detrimento de explotaciones tradicionales (como es el caso de la plantación de Soja en el Chaco, dejando de lado la producción algodonera tradicional). Pero aún así, se ha ido más lejos, en el caso de Salta y Tucumán, se han llegado a producir desmontes ante el avance de la frontera agrícola. Todo esto genera cambios en los fenómenos climáticos, que terminan afectando al conjunto de la sociedad, en beneficio de un grupo minúsculo. Este avance del que hablamos, generó una importante disminución de la producción ganadera, generando aún más desajustes, en el ya complicado mercado de carnes.
La entrada de agentes económicos antes no conocidos, como por ejemplo, los Pooles de siembra, es otra consecuencia. Estos agentes de capital especulativo tienen acceso a un mejor paquete tecnológico, y mayor poder de negociación, posibilitando generar ganancias a corto plazo con capitales golondrina. Ante los altos costos que implica el acceso al paquete tecnológico de la soja transgénica, los propietarios dan en alquiler sus tierras asegurándose una renta segura. Esto alimenta la migración de las poblaciones rurales hacia los conglomerados urbanos, alimentando la superpoblación con las consecuencias sociales que ello acarrea: mayor presión sobre los sistemas de salud y educación, aumento del desempleo y la emergencia habitacional.

Como Desconcentrar el comercio de Granos

El comercio de Granos se encuentra preso de un oligopolio de grandes empresas transnacionales que controlan de forma directa la actividad. Compran a bajo precio, para vender mejor, dejando las cargas impositivas, así como retenciones, sobre los productores. No pretendo hacer una defensa de los grandes productores, pero ante la desigual situación entre producción y comercio, entiendo que conviene optar por la producción (sobre todo pequeños y medianos que son quienes habitan el campo).
La desconcentración de la economía Argentina, materia pendiente de éste gobierno se proclama progresista, es fundamental para alcanzar un desarrollo sostenible. A través de una planificación adecuada, teniendo en cuenta los vaivenes del mercado, se pueden lograr políticas adecuadas que busquen los más altos niveles de bienestar y equidad. Pero para ello se necesita un rol activo del Estado.
La mejor forma de desconcentrar el comercio granario, es a través de una intervención estatal. Pero ésta debe ser inteligente, eficiente, y manejada solo por técnicos y no por burócratas al servicio de un proyecto político. La alternativa al laissez faire, y a la boba discusión de retenciones si o no, puede ser la creación de una Junta Nacional de Granos.
Ésta debería desempeñar un papel similar al que hoy realizan las grandes exportadoras, pero jugando diferente, es decir, complementándose con el pequeño y mediano productor. Lo fundamental es que ésta Junta Nacional de Granos ofrezca un precio inferior al del mercado internacional pero lo suficientemente competitivo como para lograr una remuneración satisfactoria al productor, y asegurar el ingreso de divisas al Estado. De esta manera, la entrada en rigor del Estado como agente económico en el comercio de granos, obligaría al oligopolio exportador a competir entre sí, ofreciendo mejores pagas a los productores, o bien, a tratar de mejorar el precio para no sucumbir. De cualquier forma, significaría una mejora para los productores frente al azar de los agentes especulativos de la economía.
Con un órgano semejante, las retenciones funcionarían como un instrumento para intensificar la presión sobre los grupos concentrados, así como también para diversificar el sector. Por ello, las retenciones deben ser manejadas por organismos públicos técnicos, que sepan donde, cuando y cuanto aplicar.
Aplicando retenciones altas a los grupos sojeros, y cero retenciones a pequeños y medianos podría generar un equilibrio. Pero solo mediante el incentivo hacia otros cultivos podremos diversificar la activad.
Por ultimo, los ingresos generados por retenciones y operaciones comerciales de la JNG, podrían dividirse básicamente en 2 fondos separados para distintos destinos. El primero debe servir para estimular el vuelco hacia otras producciones sustentables con el medio ambiente y mejorar las condiciones de vida de los trabajadores rurales. El segundo, debe ir a un fondo anticíclico, fomentando el ahorro, para épocas de crisis.

Dialogo y Reforma

Poca ambición de un gobierno en agonía

El diálogo por definición no puede tener condiciones. Por ello, es acertado que desde casi todo el abanico opositor, se intente remarcar que es necesario hablar y elaborar propuestas sobre los temas mas urgentes, como por ejemplo la pobreza.Limitar el dialogo a una reforma politica, y la reforma politica a una de tipo electoral, es acotar las chances de realizar verdaderas transformaciones. Hasta resulta gracioso que la clase politica se siente a dialogar sobre un tema cuya discusion debe ser tratada con cautela, y sin apuros, mientras otros asuntos no pueden seguir esperando.Ésta visión acotada y simplista que se repite gobierno tras gobierno, se genera en el seno de una sociedad que, a pesar de estar cerca de su bicentenario, no madura.Sin embargo, en el juego de simbiosis entre gobierno y oposición, se nota que es necesario fijar una reglas del juego claras en lo electoral, pero también sería bueno aprovechar la oportunidad para debatir, de a poco y con paciencia, la posibilidad de abandonar el sistema presidencialista por un sistema parlamentario.El sistema parlamentario permite un activismo más dinámico y decisivo dentro del parlamento, fijando límites al ejecutivo, pero a la vez, incentiva la negociación, el dialogo y el consenso, contrariamente al presidencialismo, donde la figura del jefe de estado tiene más preponderancia y más poder (como la toma de decisiones a través decretos, que no necesitan la aprobación del congreso). Otra ventaja es la posibilidad de evitar crisis políticas promoviendo alternativas de opocisión, estimulando la capacidad de construcción de una nación entre todos.Como al final de cada discusión, todo sistema tiene sus fallas y ventajas, como se implemente y como lleve a cabo es lo que importa. De nada servirá un sistema parlamentario si no hay un cambio en la forma de raíz, en la forma actuar y pensar de la sociedad en general, y de la clase politica en particular.

Progresismo trucho y Decisión

Todas las demandas de una sociedad llevan tiempo en ser satisfechas, así como cualquier política de largo plazo. Sin embargo hoy, en la Argentina del siglo XXI hay cosas que no pueden esperar: el hambre y el analfabetismo, traducido en deserción escolar.
A pesar de un crecimiento sostenido durante 6 años a tasas chinas, con records de recaudación fiscal, y baja sustancial del desempleo, nos agobian los mismos problemas de siempre, principalmente la desigualdad.
Durante el 2008, a raíz de dos crisis, una interna y otra externa, el gobierno comienza a perder capacidad de maniobra advirtiendo menos caudal en su caja.
La falta de fuentes de financiamiento hacen que el gobierno improvise una apresurada estatización de las AFJP obteniendo así $1300 millones anuales en forma adicional. Si bien el negocio de las AFJP no estaba regulado, ni había un control sobre las comisiones, ni tampoco una resolución clara en cuanto a quiebras refiere (tareas que debió fiscalizar el estado), también es de público conocimiento que las mismas estaban obligadas a comprar bonos de la deuda pública superando el porcentaje del total de fondos invertidos. Es decir, la ley provisional establece que de un total de fondos invertidos por las AFJP solo el 50% pueda estar colcado en títulos públicos, mientras que solo en 2004 éstos fondos rondeaban el 62%.
Ahora bien, nos metemos en un tema que el gobierno suele hacer demagogia: la obra pública.
Un Gobierno declarado neoKeynesiano hace anuncios por doquier de obra pública (en general con sobreprecios) que no siempre llega a concretarse. Si bien es cierto que si nos remitimos a los manuales Keynesianos la obra pública y una eventual expansión estatal en las áreas estratégicas de la economía impulsarían la producción, el pleno empleo, aumento del consumo y puja salarial.Pero Keynes era cíclico. En tiempos de bonanza, recomendaba al estado equilibrar su cuentas fiscales racionalizando el gasto público, mientras que en tiempos de crisis, planteaba un Estado garante de la economía a través de la inversión en obras públicas y en áreas estratégicas de la economía, aún si esto significara un déficit en las arcas públicas.Durante estos seis años se puede decir que el gobierno cumplió a rajatabla con la ortodoxia y la lógica Keynesiana: crecimiento-superavit fiscal-ahorro. Sin embargo ahora en tiempos de crisis, aún no asumida por CFK, no se ha elaborado ningún plan de obras sostenido, ni siquiera créditos a la producción, resultado: créditos blandos al consumo rápidamente improvisados, que en algunos casos hasta estimulaban la importación. Otra medida ¨Nacional y popular¨ es la subvención de multinacionales quebradas (Ej: General Motors) en detreimieno de Pymes que están a punto de colapsar. ¿que hay de Keynesianismo? nada. ¿Y de Progresismo? nada, solo una acertada política de Derechos Humanos (haciendo mal uso de la misma en pos de proselitismo), y una insuficiente reforma judicial traducida en la reforma de la Crote Suprema.
Pero es cierto, para continuar o estimular la obra pública, es necesario obtener financiación, éste gobierno sustentó su base de financiación mediante retenciones y la emisión de bonos. Sin embargo como hemos visto a lo largo del año pasado, las retenciones solo sirvieron para un momento particular de la historia de nuestro país, mientras que en este momento las retenciones solo sirven para cargar al productor (recordemos que no se distingue entre pequeños, medianos y grandes) y dejar que las exportadoras se lleven las ganancias. Es decir, el dinero que se extrae a la renta sojera no vuelve a ser reinvertido en el sector, ya sea para fomentar otros cultivos o para dar créditos blandos, sino que es concentrado y distribuido entre la especulación de las grandes exportadoras y el gobierno. Ni que hablar de la emisión de bonos... Nestor Kirchner acusa que éste fue el gobierno que tuvo la mejor política de desendeudamieno, sin embargo estamos más endeudados que antes. Mientras que en 2001 la deuda externa rondaba los 144.000 millones de dolares, hoy contando el canje de Lavagna y pago adelantado al FMI, la deuda asciende a 170.000 millones.
Si éste fuese un gobierno progresista, en lugar de pagar por adelantado al FMI podría haber usado ese capital en sanear las asímetrías latentes en la sociedad Argentina, básicamente terminar con el crimen del hambre.
Algo a tener en cuenta... ¿y todo el capital ahorrado durante estos seis años? ¿se va a usar para algo? ¿existe?
El el cobro del impuesto a las ganancias como base una reforma tributaria pendiente, puede ser en ciertos casos un método de financiación, principalmente sobre la renta financiera (aún no gravada), así como también sobre la minera y petrolera. La gran paradoja de esta situación es que se está cobrando a quién produce (en el caso de las retenciones) y no al que especula, y por sobre todo a quien genera trabajo, y no a quien gana en una jornada miles de dolares sin generar trabajo. El estado mismo no genera ingresos a través de impuestos legítimos y progresivos, como es ganancias, base de toda sociedad que pretende ser más justa.
Por lo tanto, podemos arribar a dos conclusiones para afrontar la crisis:
1-Hay: Capital para financiar obra y asistencia social
2-Falta: decisión política.
Decisión para que un gobierno corrupto y carente de ideas pueda hacer un cambio de raíz y volverse más transparente y poder transformar la realidad de los sectores más empobrecidos. Como desde la CTA se dice: el hambre es el peor de lo crímenes, porque entre otras cosas, es evitable, y rápidamente solucionable. Solo hace falta una decisión política que pretenda erradicar el hambre y el analfabetismo para siempre de la Argentina.

Acerca del Blog

A partir de las distintas entradas que vayan siendo posteadas en el Blog, propongo generar discusión y debate con el fin de aportar ideas sobre distintas problmáticas de la realidad actual de nuestro país, con el fin de encontrar alternativas al liberalismo economico.